He llegado a la conclusión de que la Comediación
interdisciplinaria o coconducción del proceso a cargo de mediadores con
diferente formación profesional de origen, es la mejor y más completa opción de
abordaje, justificado según las siguientes ventajas:
- Mejora la
escucha activa, ya que cuatro oídos con formación multidisciplinaria
escuchan más y mejor que dos.
- Amplía la
diversidad de criterios en la percepción del conflicto planteado por las
partes, por ende aumenta la posibilidad de ayudar a éstas a hallar
solución a sus disputas.
- Es un medio
de aprendizaje único y presencial para el comediador principiante.
- Los sentimientos de identificación, dependencia, ira y desconfianza de las partes no se centran en la figura de un solo mediador sino en dos. Por ende se diluye y se debilita la carga emocional al impactar sobre ambos…
…lo que me conduce a exponer, a continuación, las
condiciones bajo las cuales considero es posible lograr los mejores resultados
esperados bajo esta modalidad.
El abordaje de la mediación a través de la
comediación, esto es coconducida por dos profesionales con formación en
diferentes disciplinas, verá el éxito sólo si se canalizan los esfuerzos en
forma conjunta y hacia el logro de la máxima eficiencia posible.
Línea
de interacción comediador - comediador: condiciones necesarias.
- Compatibilidad:
- Visión de la mediación o método de abordaje de la mediación, similar en ambos co-conductores. (en mi caso: Apuntar al acuerdo con base en el enfoque referencial)
- Marcos de referencia socio-culturales ampliamente compartidos por ambos, Incluyendo especialmente los criterios éticos de:
- Autodeterminación
- Neutralidad
- Confidencialidad
- Calidad del proceso.
- Sensación de comodidad.
- Conformar, en lo posible, el “equipo ideal” de conducción del proceso. En función del género y de la formación profesional de origen de cada comediador, estaría conformado a mi criterio de la siguiente manera:
- Co-Mediador abogado: Mujer
- Co-Mediador no abogado: Hombre
Fundamento:
considerando la conformación del cerebro humano como una unidad compuesta por
dos Hemisferios: el izquierdo (uso de la razón) y el derecho (manifestación de
las emociones), la dinámica de interacción entre ambos hemisferios es infinitamente
superior en el cerebro de la Mujer que en el del Hombre. Por ende la
comediadora-abogada dispone naturalmente del manejo fluido, constante,
simultáneo y alternado, tanto de la razón como de las emociones, lo que le
permite detectar con mayor rapidez aquellos contenidos del relato de las partes
(y/o lenguaje corporal) que puedan reencauzarse hacia la detección de las
necesidades de éstas y/o hacia la revalorización y reconocimiento entre las
partes, a través de preguntas abiertas o circulares. Sin embargo, y dada la
capacidad natural del hombre de fijar su atención plena generalmente en sólo un
plano, el racional, garantiza la máxima neutralidad posible por lo que funciona
entonces como complemento ideal. El comediador Hombre, no abogado sino formado
en su origen profesional en disciplinas humanísticas (Psicología, Relaciones
Públicas, Sociología, Trabajo Social, Docente, etc), aporta al sistema ese
“plus” que agrega contenido al potencial aporte de la comediadora abogada.
Aquel puede aportar su potencial interviniendo a través de la formulación de
preguntas que refuercen aquellas formuladas por su colega mediadora. De alguna
manera se logra así minimizar esa dinámica razón-emoción, natural en la mujer y
que resulta de utilidad en principio, pero el anclaje en el aspecto racional
permite profundizar en dichas detecciones y consolidar el mantenimiento de la
neutralidad.
- “nosotros” y no “yo”: Identificación con el equipo conductual.
- Comunicación:
antes, durante y después de la mediación.
- Respeto mutuo.
- Cooperación.
- Alternado de
roles.
- Flexibilidad
ante la diversidad de criterios.
- Decisión
conjunta acerca del tipo de intervención a efectuar según la situación que
se presente durante el proceso (herramientas procedimentales y/o
comunicacionales a aplicar según el caso)
- Análisis
constructivo del desempeño del equipo y de cada uno de los comediadores
por separado a través de la observación y evaluación objetiva de la
reacción del otro co-conductor frente a los hechos que ocurren.
- Sugiero la “Mediación para comediadores” como
alternativa de resolución de conflictos entre co-conductores, con el fin
de mejorar y consolidar el desempeño del equipo, aprovechando las
oportunidades de reconocimiento y revalorización, que se vayan
presentando. Se puede hacer aquí una analogía con el psicólogo que es
evaluado periódicamente por un colega.
- Capacitación.
Línea
de interacción comediadores – partes: condiciones necesarias.
- Ubicación
adecuada en la mesa de mediación.
- Simultaneidad
y espontaneidad en cada una de las intervenciones.
- Igualdad
jerárquica, funcional y protagónica.
- En el caso
de la modalidad “conductor experimentado – principiante presencial”: No
se altera la igualdad jerárquica y protagónica ante las partes (Se
conserva intacta la esencia de la comediación) Sí se redistribuyen las
funciones.
- Imagen
profesional (es decir, la percepción de las partes acerca del desempeño de
los comediadores, construida a partir del conjunto de mensajes que emanan
del proceder de aquellos): sólida, positiva y progresivamente consolidada
en el tiempo.
- Abordaje Holístico: Concebir a las partes como individuos
constituidos por cuerpo físico y cuerpo espiritual, promoviendo la bondad
potencial e inherente a la esencia de la persona. Este concepto constituye
el punto de partida en cuanto a la concepción de la naturaleza humana.
Apuntar al conflicto pero sin desaprovechar las oportunidades de
revalorización y reconocimiento que promuevan el cambio genuino de las
partes y por ende un mejoramiento de la dinámica social, dentro y fuera del
ámbito de la mediación.
- Entrenamiento
en el dominio de emociones negativas que puedan surgir en la persona del
comediador como respuesta inconciente a cierto contenido del relato de las
partes durante el desarrollo del proceso. Sugiero aquí la aplicación del I.R.A.M (restablecimiento del
equilibrio emocional):
- Identificación (Noto que algo negativo me pasa)
- Reconocimiento (le doy nombre y apellido a la emoción negativa)
- Aceptación (admito lo que me pasa y me propongo cambiar)
- Manejo (domino la situación reemplazando la emoción negativa por una positiva).
- Sesiones privadas: deben ser igualmente enriquecedoras del
desarrollo del proceso, independientemente de si cada una de estas fueron
conducidas por uno u otro o ambos mediadores.
- Manejo adecuado de los desequilibrios de
poder entre las partes,
detectables a partir del lenguaje hablado (amenazas explícitas o
encubiertas, tono de voz, manipulación, trato irónico o sarcástico, etc) o
a partir del lenguaje del cuerpo (gestos con las manos/brazos, miradas,
posición o manera de sentarse, silencios, gestos faciales, contacto
visual, etc) Ante un caso semejante, procedería a invitar a la parte
afectada a una sesión privada, sin su abogado en lo posible, para lograr
la máxima eficiencia como resultado de la aplicación de preguntas abiertas
que confirmen tal desbalance.
Med: “¿cuando discute a solas con su
exmarido, cómo percibe Usted su participación en dicha discusión?”
Parte: “siento mucho miedo…la mayoría de
las veces me amenaza con sacarme los chicos… me quedo sin palabras y cabizbaja.
Aquí confirmo la amenaza implícita y consulto con mi colega
abogado la derivación al Organismo Judicial que corresponda, por violencia de
género, o la derivación de la expareja a una consulta psicológica, especialista
en la temática. Paso a suspender de inmediato la sesión de mediación ya que
ante tal desbalance de poder entre los ex-cónyuges, no se encuentran éstos en
condiciones de evaluar y decidir acerca del ejercicio de la parentalidad y del
futuro de los hijos que tienen en común.
- Flexibilidad en la conducción con partes pertenecientes a diferentes culturas. Hago referencia aquí a la cultura en su sentido más amplio, considerando el nivel de educación, costumbres, religión, ideología política, nacionalidad, status social, valores, tradiciones, etc. Es por ello que considero lógico recabar la mayor información posible acerca de la riqueza cultural de las partes a asistir, previo a la sesión de mediación.
Ej: supongo un caso en el que tengo acceso a ciertas
costumbres de una familia en proceso de divorcio. Los integrantes de ese grupo
practican el naturismo o nudismo, dentro de su hogar y en los lugares públicos
y/o privados permitidos. Al contar anticipadamente con esa data, no va a causar
en mí como mediador efecto negativo alguno el hecho de “descubrir” tal
costumbre a través del relato de las partes. Mi psiquis ya estará preparada y
muy probablemente no reaccionaré formulando compulsivamente alguna pregunta
cargada de prejuicios a modo de repudio ante la práctica de dicha actividad.
Considero que si el mediador, una vez recabada esa información de las partes,
no se halla capaz de abordar el proceso de mediación sin poner en peligro el
principio de neutralidad, debería de dar un paso al costado. Además, una
pregunta prejuiciosa (directa o indirecta) del mediador, puede conllevar a la
interpretación de la parte de tal pregunta, como un ataque, falta de respeto o
denigración hacia su persona. Yo personalmente evaluaría seriamente la opción
de retirarme como parte, si viviera una situación semejante.
- Comunicación con los abogados de las
partes: respetar y
promover la participación de los letrados, aprovechando el potencial
aporte profesional que puedan brindar y legitimando su figura y rol dentro
de la dinámica del proceso, sin olvidar que las partes representadas son
las verdaderas y únicas protagonistas.
Abogado de parte (se dirige a la parte): “No, a Usted le va a convenir ir a juicio, no acepte en absoluto
semejante propuesta!!! (de la contraparte)”
Mediador: “Mire, Dr. Pérez, yo comprendo
perfectamente su situación, entiendo que en esta sesión Usted está seriamente
comprometido con su rol de representante legal del Sr. González, pero déjeme
recordarle que González y su contraparte son los únicos y verdaderos
protagonistas en esta sala, por eso le pido que tenga paciencia y le dé tiempo
al Sr. de evaluar con tranquilidad las opciones que se vayan presentando.
Gracias Dr. Por su comprensión!”
A mi entender, los profesionales abogados fueron tradicionalmente
formados para la confrontación y la imposición. Sin embargo la mediación
necesita de una mirada muy diferente que amplíe el abanico de oportunidades
para el abordaje de los conflictos inherentes a las redes sociales humanas. La
mediación debe ser conducida no sólo por abogados, sino que debe contar con la
co-conducción de psicólogos, relacionistas públicos, trabajadores sociales,
etc, con la adecuada capacitación en esta temática. Las probabilidades de éxito
en el abordaje de la negociación asistida por terceros neutrales, aumentarán
notablemente si se materializa desde la perspectiva multidisciplinaria.
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