domingo, 17 de octubre de 2010

El Mediador y la tan ansiada búsqueda de la Neutralidad


Resulta una tarea poco sencilla el abordaje de esta temática. La subjetividad propia del que escribe es tan influyente como la que se puede observar en la práctica de la mediación, por más que muchos se esfuercen en hacer hincapié en la necesidad de conservar la neutralidad, por parte del mediador. El ser humano, en esencia, está atravesado por un conjunto de rasgos culturales (instituciones, hábitos, costumbres, valores, creencias, tradiciones, ética y moral, educación, etc) incorporados a lo largo de toda su vida a través del Proceso de Socialización. Por ende, el sólo hecho de intentar "ser neutral" resuena cual una utopía, un vano intento cuyo logro implicaría la existencia de un proceso previo de cambio de esencia del mediador como individuo, algo así como “dejar de ser humano” por el tiempo que dura el proceso de mediación…un absurdo.   

A lo largo del curso de Posgrado en "Mediación", los Docentes a cargo han intentado inculcar este concepto, con la mejor intención, sin lugar a dudas. Inclusive, ante las preguntas por mí formuladas al respecto, las respuestas resultaron poco convincentes,  por lo menos a mi criterio, derivando el tema al plano de lo psicológico, cual los pasos de un "manual de autoayuda". La sensación que tengo es que ni siquiera está claro en la mente de los docentes, cuestión que es entendible según mi apreciación del primer párrafo.

Con relación a la Bibliografía disponible, "Bush y Folger" abordan esta temática al diferenciar el enfoque individualista (con el cual identifican el “método de Harvard” (Fisher-Ury-Patton) como principal exponente en la búsqueda de resolución de problemas), del enfoque que ellos plantean, el referencial, el cual se impone muy lentamente en la actualidad. "Bush y Folger" desestiman la neutralidad del mediador cuando se utiliza el método del enfoque individualista, aludiendo que aquél, como conductor, manipula el proceso al tener total influencia en la definición y/o omisión de los problemas a abordar, y en la selección de opciones a evaluar para resolver el conflicto. De todos modos, considero que el enfoque que ellos defienden, al poner el acento en la transformación integral del individuo, en vez de enfocarse en el acuerdo, están desviando su subjetividad hacia el aprovechamiento de las oportunidades de revalorización y reconocimiento, por lo que la neutralidad igual se ve alterada ya que no hacen más que redirigir el destino de su carga de subjetividad.

En cambio, "Diez y Tapia" proponen un enfoque donde reconocen la no neutralidad del mediador, pero “justifican” o defienden su postura, bajo el concepto de multiparcialidad, donde el mediador pierde la imparcialidad en pos del compromiso para con todas las partes por igual. En vez de asumir esta problemática como un imposible de aplicar en la práctica, encuentran consuelo gracias a los efectos equitativos de influencia del mediador sobre las partes.


En síntesis,  no debemos engañarnos: la neutralidad absoluta existe sólo en la teoría. Apuntar hacia el logro de la mayor objetividad posible, lo veo más viable, simplemente más humano!

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